Por : Felipe Jiménez
Profesor: Raul Hauser Ben-Iaacov - 30 noviembre 2011
1. Introducción.
El estado nutricional está definido por la disponibilidad y utilización de nutrientes y energía a nivel celular. La situación nutricional es normal cuando la oferta de nutrientes corresponde con las necesidades metabólicas normales. Si la disponibilidad de energía y nutrientes es inferior a las necesidades, tendremos como resultado el desarrollo de enfermedades de malnutrición. Por el contrario, si la oferta de nutrientes excede los requerimientos biológicos, tendremos como resultado el desarrollo de patologías por excesos nutricionales, como la obesidad, principal epidemia del mundo moderno. 1
La obesidad se define como un exceso de tejido adiposo, acompañado por un aumento en la relación entre peso y estatura. Operativamente es posible considerar a la obesidad como un índice de masa corporal mayor a treinta. Ocurre por un exceso de adipositos, un aumento de tamaño de estos, o ambos procesos. Es una enfermedad metabólica crónica cuyo origen intervienen factores genéticos y ambientales. El componente genético es de naturaleza poligenética, es decir que existen variados genes involucrados en esta enfermedad. Aun cuando no existe dudas sobre este factor genético es claro que la pandemia mundial de esta enfermedad está más bien vinculada al ambiente rico en alimentos con elevada densidad energética y pobre en requerimiento energético, produciendo un balance positivo de energía que en consecuencia conlleva a una sobre ganancia de peso. 2, 3 Es importante mencionar que la obesidad no solo está asociado a este binomio nutricional, sino también puede coexistir con deficiencias de nutrientes y otras enfermedades carenciales, esto ocurre particularmente en los grupos socioeconómicos más vulnerables. Además existen factores como el género, edad y etnicidad. 4
La obesidad es un problema moderno que está afectando a la salud pública del mundo siendo un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles como hiperlipidemia, enfermedad cardiovascular isquémica, hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y osteoartritis. Si bien tienen una implicancia en la salud de moderada a grave, la consecuencia más extendida en la niñez y la adolescencia es en el área psicosocial5, provocando problemas de autoestima y disconformidad con el propio cuerpo. Existen evidencias que estos serían factores de riesgo de padecer trastornos alimenticios. 6 A su vez, el ser obeso en la niñez y en la adolescencia aumenta la probabilidad de ser obeso en la vida adulta.7 Si una persona fue obesa en su infancia el riesgo de padecer enfermedades crónicas asociadas se duplica, sin embargo si además hubo obesidad en la adolescencia el riesgo es aún mayor.
La prevalencia de obesidad infantil está aumentando de manera agresiva tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo.8 En Estados unidos, Inglaterra y Japón, hay evidencias de este fenómeno en la población pediátrica, tanto en infantes preescolares como escolares. En Sudamérica, hay un incremento en las tasas de sobrepeso y obesidad. En chile, se ha reportado un importante incremento del 50% al 110% en las cifras de obesidad entre el periodo de los años 1985 y 1995 en niños entre 0 a 72 meses de vida.9
El perfil epidemiológico de Chile se caracteriza por un importante descenso de la mortalidad infantil y un aumento de la esperanza de vida al nacer, lo cual unido al elevado estado de urbanización y los cambios en los estilos de vida de la población, ha producido un incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto y sus factores de riesgo. Dentro de los factores de riesgo, la obesidad es la más alta, afectando a todos los grupos de edades, pero con mayor frecuencia en la población infantil. Esto ha sido asociado a la modificación del patrón de alimentación de la población chilena.10
Considerando el nivel socioeconómico, se ha demostrado una tendencia ascendente de las diferencias sociales en la obesidad, principalmente en mujeres. Esto nos sitúa en un problema de desigualdad social, en el que se mezclan factores sociales y biológicos. 11 Antiguamente las enfermedades de transmisión y de desnutrición eran asociadas a grupos sociales de bajos ingresos económicos, sin embargo la obesidad era atribuida a personas de mayor nivel socioeconómico, por el contrario, hoy en día estás asociaciones son erradas, pues la mal nutrición y la obesidad están relacionadas en mayor medida a niños del mismo lugar y estrato social. En los pobres, la obesidad está vinculada a la desnutrición en la infancia, incluso en la vida intrauterina. Estas necesidades de nutrientes en la infancia generan una respuesta de adaptación, que en posteriores etapas de mayores ingestiones, pueden producir un aumento de peso. Este tipo de incremento de peso está relacionado con una ingesta energética superior a las necesidades y deficiente en nutrientes esenciales. Las personas de escasos recursos económicos seleccionan alimentos pobres en fibras y ricos en carbohidratos complejos y grasas nocivas que sacian el apetito, pero que no cumplen con una nutrición adecuada. Además, el consumo de comidas rápidas, con inmensas cantidades de energía y baja calidad nutricional, presenta una gran influencia en estos contextos. Por otro lado, la salud de este estrato social se ve más deteriorada debido al limitado acceso a los servicios de asistencia médica. 12
El tratamiento de la obesidad es complejo y los resultados son generalmente poco alentadores; sin embargo, si se aplican estrategias que incluyan, junto con las restricciones dietéticas pertinentes, actividades educativas que promuevan hábitos alimentarios y estilos de vida saludables acaban resultando más efectivas. 13
2. Problemática
La problemática de esta enfermedad es evidente, pues tiene impactos de importante consideración sobre el cuerpo y el área psicosocial de las personas. Las interrogantes que surgen de esta revisión sobre nuestro país: ¿Está la educación chilena con sus planes y programas adaptada para solucionar este problema que afecta en mayor medida a niveles socioeconómicos bajos? ¿Los productos alimenticios en nuestro país están adecuadamente evaluados de acuerdo a los estándares saludables para la población? De igual manera como existe publicidad para combatir el uso del cigarro ¿Será posible generar campañas semejantes en alimentos de comida rápida o productos con alto contenido energético y escaso valor nutricional?
3. Conclusiones.
Entender y entrar en conciencia sobre este problema es fundamental para la salud de las personas en Chile. Es menester, que se elijan las directrices correctas para solucionar esta enfermedad que cada año aumenta en países desarrollados y poco desarrollados. La investigación y la ejecución de proyectos de nivel educacional y laboral permitirán comenzar a batallar contra esta enfermedad
Fuentes bibliográficas.
1. Batista filho, m. Alimentação, nutrição e saúde. In: ROUQUAYROL, M. Z.; ALMEIDA FILHO, N. Epidemiologia e saúde. 6. ed. Rio de Janeiro: MEDSI, 2003. p. 309-410
2. O’dea k. Diabetes in Australian Aborigines: impact of the western diet and life style. J Intern Med 1992; 232: 103-17.
3.. Hubert hb, Feinleb m, Mcnamara pm et al. Obesity as an independant risk for cardiovascular disease: a 26 years follow up of participants in the Framingham Heart Study. Circulation 1983; 67: 968-77.
4. Peña, m.; bacallao, j. La obesidad y sus tendencias en la región. Revista Panamericana
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5. Dietz W. Health consequences of obesity in youth: childhood predictors of adult disease. Pediatrics 1998;101:518-525
6. Engel GL. The clinical application of the biopsychosocial model. Am J Psych 1980;137:535-544.
7. Guo et al. The predictive value of childhood body mass index values for overweight at age 35. Am J Clin Nutr 1994;59:810-819.
8. World Health Organization. Obesity: Preventing and managing the global epidemic: Report of a WHO consultation on obesity. WHO technical report series 894. Ginebra WHO; 2000
9. Rojas J. Vigilancia del estado nutricional de niños menores de 6 años beneficiarios de JUNJI. Rev Chil Nutr 1996;24: 24-34.
10. Albala c, vio f, kain j. Obesidad: un desafío pendiente en Chile. Rev Méd Chile 1998; 126: 1001-9
11. Gutiérrez fisac, j. l. Obesidad y nivel socioeconómico. Medicina Clínica, Barcelona, v. 110,
n. 9, p. 347-355, 1998.
12. Peña, m.; bacallao, j. La obesidad y sus tendencias en la región. Revista Panamericana
Salud Pública, Washington, DC, v. 10, n. 2, p. 75-78, 2001.
13. Bustos G, Moreno F, Calderón MA, Mart´Inez JJ, Díaz E, Arana C: Estudio comparativo entre el consejo médico y la terapia grupal cognitivo conductual en el tratamiento de la obesidad infanto-juvenil. An Esp Pediatr 1997; 47:135-143.
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