Por: Paulina Calderón Muñoz 12 de abril del 2011
1. INTRODUCIÓN
Si podemos analizar hoy históricamente el sindicalismo y gremialismo en Chile es necesario hablar de sus inicios, de su presente y del futuro que debemos esperar con los cambios culturales y de paradigmas que se necesitan en un mundo cada vez más globalizado, moderno y con un país que en pocos años será desarrollado.
2. PROBLEMATIZACIÓN
En los inicios del sindicalismo y gremialismo chileno hay nombres de ciudadanos muy significativos, que tuvieron la visión y la buena intención de organizar a los trabajadores en sindicatos y gremios, que los representaran frente a sus demandas y sus derechos, que eran atropellados sistemáticamente, tanto por los empleadores privados como por los empleadores estatales, hablamos de Luis Emilio Recabarren (En 1917 se convierte en el Presidente de la Federación Obrera de Chile), Clotario Blest (En 1943 crea la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales ANEF) y el Padre Alberto Hurtado (En 1949 publica su libro Sindicalismo, historia, teoría, practica). Nada para los trabajadores chilenos ha sido fácil, las demandas solicitadas muchas veces no fueros satisfechas, eso llevó a que se produjeran enfrentamientos entre la autoridad y los trabajadores que ejercían un derecho, ilegal como era la huelga, que trajo consigo la represión y muerte de muchos trabajadores. La fuerza de movilización de las organizaciones sindicales se fue incrementando con el tiempo y eso determinó que las autoridades consideraran a los trabajadores en su dignidad.
En el presente las organizaciones sindicales y gremiales sufrieron las consecuencias del quiebre democrático de 1973, lo que relega la función sindical a prácticamente la clandestinidad, con mucho esfuerzo hubieron dirigentes sindicales como Tucapel Jiménez que fue el símbolo de la oposición de los trabajadores a las medidas abusivas implantadas en esa época lo que le costó la vida, al ser cruelmente asesinado. Muchos otros dirigentes fueron relegados, exiliados y los trabajadores como tal quedaron sin representación ante la autoridad. Con posterioridad al año 1990 las organizaciones sindicales y gremiales comienzan a resurgir , pero la capacidad de los dirigentes de convocar a la mayor parte de los trabajadores chilenos para sindicalizarse no fue fructífera y es como vemos que hoy un bajo porcentaje de los trabajadores chilenos esta sindicalizado, junto con esto los dirigentes gremiales en su mayoría pertenecen a algún partido político, lo que le ha restado credibilidad frente a los trabajadores y capacidad de liderar las movilizaciones en forma imparcial, como ejemplo tenemos los largos periodos de paralización de los distintos sectores laborales como los profesores, funcionarios públicos de la salud y municipales, el sector minero, etc. donde claramente los resultados no han sido lo que los trabajadores esperaban como reivindicación y sin embargo si han existido daños colaterales que la sociedad ha juzgado en forma negativa, y el respaldo de la sociedad se le ha restado a los trabajadores. La falta de propuesta, el poco espíritu negociador, a orden de los partidos políticos han interferido en la labor de los dirigentes sindicales, puesto que su independencia de juicio ha sido afectada.
En el futuro de las organizaciones sindicales y gremiales se vislumbra algo muy necesario que la llevará al cambio de variados paradigmas como por ejemplo, el enfrentamiento anterior al diálogo. Los líderes sindicales de nuestro futuro deberán necesariamente ser profesionales de su función, tener la asesoría que se necesite para enfrentar el diálogo con la autoridad o el empresariado en igualdad de condiciones, con la pro actividad y pro positividad que se necesitará para realmente conseguir los objetivos que la organización se plantee. Las organizaciones deberán encontrar la forma de volver a encantar a los trabajadores para pertenecer a los sindicatos y las formas de lograrlo son según Guillermo Campero, sociólogo chileno [1]“definir una mayor autonomía social frente a los partidos políticos, privilegiando más sustantivamente su rol de reivindicación de las demandas laborales específicas, sin abandonar su papel político global y convertirse en un referente principal para convocar a un proceso de concertación social por la democracia, capaz de interpelar a las fuerzas políticas democráticas para que asuman un rol de unidad nacional”
3. CONCLUSIÓN
Entonces podemos decir que en la historia anterior y presente los sindicatos y gremios chilenos estuvieron presentes siempre en nuestra patria y han sido y serán organizaciones necesarias, imprescindibles y deberán conseguir el respeto ciudadano con más esfuerzo, trabajo, seriedad y responsabilidad de los dirigentes para fijarse metas alcanzables y que produzcan el menor daño social posible.
Metodología de la Investigación
Pedagogía en Castellano
UPLA Campus San Felipe
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